Fue todo un honor poder disfrutar desde primera fila, los nervios, las emociones y las ganas de estos amigos que quisieron unir sus vidas en la cautivadora Iglesia de arquitectura gótica del Sagrado Corazón. La novia llegó en un flamante coche de época, descapotable y cuidado con mimo por su padre, el novio se deshizo en lágrimas al darse los votos, y la Alcazaba fue el escenario perfecto para recoger todo su amor. El paseo por el Muelle Uno terminó en el Club Mediterráneo, donde todos disfrutaron de una cálida velada.
Fue todo un honor poder disfrutar desde primera fila, los nervios, las emociones y las ganas de estos amigos que quisieron unir sus vidas en la cautivadora Iglesia de arquitectura gótica del Sagrado Corazón.